viernes, 6 de septiembre de 2024

ACTIVIDADES VERANO 2024

Repasamos las principales actividades que han tenido lugar durante este verano y que han llenado de alegría y fiesta las calles del pueblo.

Comenzamos el 22 de julio con la celebración de la hoguera de San Juan donde celebró una cena entre los vecinos y la tradicional quema de la hoguera


Los días 2, 3 y 4 de Agosto tuvo lugar las fiestas de Acedillo con sus campeonatos, comida popular, baile, misa, charanga y vermout. Todo ello con éxito de asistencia y donde se pudo disfrutar de una muy buena calidad en las viandas. 


El 10 de Agosto comenzaron las fiestas de Coculina con la tradicional misa seguido de la gran paellada popular donde se congregaron los vecinos del pueblo acompañados por todos aquellos que quisieron venir en ese día.


Luego tuvieron lugar los juegos de cartas y la posterior cena en el potro de un suculento bocadillo de lomo con pimientos.

Al día siguiente se procedió, como viene siendo habitual, a la colocación de las cruces en los puntos más elevados que rodean el pueblo, para seguidamente proceder a la entrega de premios y la degustación de un ágape para todos los asistentes.



El 24 de Agosto se volvió a celebrar un año más la romería de la Caldera en Bustillo, esta vez sin la tradicional misa, pero bien se pudo degustar unos cuentos platos de jamón antes de comer todos justos en la campa. También hubo música y juegos de cartas para todos aquellos que quisieron.


miércoles, 4 de septiembre de 2024

EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CASTRO DE ICEDO

Por la importancia que tiene para nuestro entorno, reproducimos la noticia publicada en el Diario de Burgos en septiembre de 2023, sobre los nuevos hallazgos encontrados en el castro de Icedo y que atestiguan la importancia de estas tierras en la antigüedad y los núcleos de población de por aquí se han asentado a lo largo de los siglos.

En enlace original por si se desea consultar: https://www.diariodeburgos.es/noticia/za19d1d7c-a923-9f52-1291b1bad65a36b3/202309/villadiego-sumara-un-castro-del-siglo-v-ac-al-geoparque

Villadiego sumará un castro del siglo V a.C. al Geoparque

La tercera campaña de excavación en el despoblado de Icedo saca a la luz una cabaña y la muralla norte de este asentamiento de la segunda Edad del Hierro


Las 95.000 hectáreas de extensión del Geoparque de Las Loras no solo están cinceladas por la naturaleza, también por el hombre. Su riqueza ecológica eclipsa en ocasiones las huellas que la ocupación humana ha dejado a lo largo de los siglos en este territorio y que, poco a poco, se van recuperando para aportar valor añadido a los visitantes, y también a los vecinos de esta comarca entre Burgos y Palencia. El Ayuntamiento de Villadiego prevé que el castro de Icedo sea la próxima y valiosa incorporación, que permitiría conocer mediante su visita cómo vivían sus antepasados en el siglo V antes de Cristo. 

Este será el futuro del yacimiento de Peñas de Valdecastro. Para su diseño tienen que estudiarse antes todos los materiales que se han obtenido en la tercera campaña de excavación, que acaba de concluir el equipo liderado por Jesús García Sánchez, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-CSIC), y Víctor Vicente García (Veterum Arqueólogos), con el apoyo de la Diputación de Burgos y el Ayuntamiento de Villadiego.

El de Icedo presenta muchas similitudes con el castro de La Ulaña (Humada), considerado el más extenso de Europa y excavado hasta 2012 por profesores y estudiantes de la Universidad de Cantabria, en el que precisamente empezó su trabajo en la zona García Sánchez. De dimensiones «más reducidas, conserva muy bien la muralla y una puerta de acceso con forma de embudo al norte», que este año ha terminado de aflorar, con la localización de un pequeño agujero en el suelo que consideran pudo ser donde encajaban un madero para hacer de puerta de acceso, «exactamente igual que la que encontramos en La Ulaña», recalca.

 

La muralla tiene entre 4 y 6 metros de ancho y está construida en forma de embudo, con una boca muy abierta y se va cerrando, «para obligar a los visitantes, pacíficos o armados, a cruzar un estrecho pasillo empedrado» si querían entrar al castro. En 2021 afloró el lateral exterior y el año pasado el lado interno del muro.

No obstante, el grueso del trabajo se ha centrado en un hallazgo al que llegaron un poco por casualidad, después de que algún animal hiciese un agujero y dejase al aire manteados de paredes de barro de una cabaña. Tiene planta ovalada, «algo recortada en el terreno geológico» y unas piedras como zócalo, sobre las que habían construido un muro. «Uno de los objetivos pasa por investigar cómo está construido, pensamos que pudo tener una estructura de madera y entre las vigas relleno de barro», apunta García Sánchez. Han encontrado varios enlucidos de pared que junto con todos los materiales recopilados servirá para intentar fechar la construcción con más precisión, entre el siglo V y el I a.C.

«Estamos trabajando con colegas de diferentes universidades para completar el estudio y ver qué materias primas tenían en la zona que hayan podido mantenerse conservadas en los propios revestimientos y en la tierra. Para ello vamos a hacer análisis de pólenes, carbones, barros, fitolitos (la parte mineral de las plantas)... para tener un poco de idea de cómo vivía la gente en la Edad del Hierro en las Loras y qué elementos utilizaban para sus casas», apostilla. El derrumbe de la pared de barro ha mantenido en gran estado de conservación las estructuras adosadas al muro de piedra.


martes, 4 de junio de 2024

ARTÍCULO SOBRE PEÑA AMAYA EN EL ESPAÑOL

Adjunto el enlace y el artículo publicado en el diario digital El Español por su interés y datos que aporta sobre la historia de la Peña Amaya. 

Enlace: https://www.elespanol.com/historia/20240530/castro-cantabro-senado-desafio-dios-arrasado-poderoso-rey-visigodo/858914213_0.html
El castro cántabro con un Senado que desafió a Dios y fue arrasado por un poderoso rey visigodo.

El castro de Peña Amaya fue conquistado por Leovigildo en 574 d.C. y fue capital de Cantabria. Un año antes un santo les avisó de su final. Su nombre era célebre en una Hispania desgarrada por la guerra, la herejía y el hambre. Decían que el viejo ermitaño Emiliano de la Cogolla, más conocido como San Millán, hacía milagros y expulsaba demonios. Desde territorio cántabro le llevaron a una paralítica, Bárbara, a la que sanó, y a una ciega, sierva del senador Sicorio, a la que devolvió la vista. Guiado por designio divino, el anciano que rozaba el final de su vida agarró su cayado en el año 574 d.C. y se dirigió a las montañas del norte, hacia Peña Amaya. 

Situada al noroeste de la actual provincia de Burgos, una enorme atalaya que alcanza los 1.370 metros de altura recibió al anciano. Ascendió por su agria cuesta hasta su entrada protegida por murallas de época prerromana. El poblado era vigilado por una fortaleza en lo más alto de la meseta de 42 hectáreas. El santo se presentó ante un enigmático Senado que controlaba la región de Cantabria, una extensa zona que abarcaba el oriente de Asturias, norte de Burgos y partes de Álava y La Rioja. El monje intentó evangelizar a los locales y, como hizo el profeta Jonás en Nínive, advirtió a sus senatores. 

Asaltado por visiones apocalípticas avisó a los grandes senadores de que su pueblo sería arrasado, pero no quisieron escucharlo. Según la biografía del santo escrita por San Braudelio, uno de aquellos señores llamado Abundancio se rio del eremita. Aquel mismo año, en Toledo, un rey guerrero que soñaba con conquistar Hispania alistó a sus soldados para encarnar "la ira de Dios" sobre los "horrendos cántabros".

La ciudad de Amaya o Amaia, que significaría "ciudad madre", tuvo población al menos hasta el siglo X d.C. y en la actualidad apenas queda nada. Hoy la caseta del guardia se yergue solitaria en la meseta repleta de ruinas olvidadas que se cubren de nieve en invierno y sobre las que el sol cae a plomo en verano. Habitado desde la prehistoria, en las guerras cántabras de finales del siglo I a.C. el emperador Augusto construyó un bastión militar desde el que poder internarse hacia las montañas y controlar el paso a las llanuras de cereal. 

Esta posición protegió más tarde la calzada que unía la meseta con Julióbriga y el actual puerto de Suances. Del yacimiento de Amaya, apenas estudiado, se conocen algunas estelas con nombres romanos y cántabros, restos cerámicos de vasos, ánforas, peines y algunas monedas de lo que fue un modesto asentamiento militar y civil protegido por murallas prerromanas. Con el fin de Roma, el asentamiento, enclavado en una posición estratégica y muy fácil de defender, se convirtió en una especie de capital regional de Cantabria donde se reunía un Senado autóctono, el mismo que no quiso escuchar a San Millán. ¿Pero quiénes fueron estos senatores? 

El Senado 

En el Bajo Imperio romano los terratenientes de Asturias y Cantabria se hicieron los amos de unas tierras agrícolas y ganaderas cada vez más ásperas y pobres. En el año 411 los vándalos asolaron el sur de la región y, más de 40 años después, una flota de piratas hérulos castigó las costas del norte, incluida Galicia. Ante la desintegración de la administración de Roma, los aristócratas hispanorromanos de la Península Ibérica se situaron como último baluarte de seguridad en sus villas y ciudades. 

Los nobles más prósperos y poderosos estaban en la Bética, pero en los montes de Cantabria y la actual Asturias el proceso fue similar. Estos terratenientes contaban con ejércitos privados que en origen quizá estuvieron formados por remanentes de legionarios romanos y limitanei destinados a luchar contra bandidos y proteger caminos que se vieron abandonados a su suerte. Así, entre los siglos V y VI d.C., estos grandes señores terminaron gobernando sobre miles de siervos, esclavos y colonos. Se sabe que algunos de estos aristócratas, como Abundancio, Honorio y Nepociano, se reunieron en Peña Amaya y se mostraron muy celosos a la hora de defender su independencia política frente a visigodos, vascones y francos, por lo que crearon pequeños castillos en los caminos y pasos de montaña. 

"Las menciones de los cronistas visigodos al 'nevado vascón' o al 'horrendo cántabro', en definitiva, solo reproducen unos tópicos literarios originados en el mundo clásico acerca del carácter belicoso y montaraz de los pueblos norteños, al servicio de una interesada dicotomía entre un reino de Toledo heredero del poder imperial, y los 'paganos' incivilizados", explica el investigador Yeyo Balbás en su obra Espada, hambre y cautiverio (Desperta Ferro). 

Un rey furioso

"En estos días [del año 574], el rey Leovigildo, habiendo entrado en Cantabria, mata a los usurpadores del país, toma Amaia, se apodera de sus riquezas y somete la provincia", apunta el lacónico cronista Juan de Bíclaro. El incansable rey visigodo contaba con un pequeño pero veterano ejército de caballería pesada compuesto por bucelarios que marchó como un trueno a principios de verano. Al igual que en sus campañas anteriores, sus armas fueron la astucia, la velocidad y el engaño. Aplastó toda resistencia ofrecida por las levas improvisadas de los senatores que armaron a sus siervos y colonos. Los jinetes visigodos cubiertos de hierro remontaron el Ebro desde Caesaraugusta (Zaragoza) y asolaron los caminos de montaña, robaron ganado y cayeron como el rayo en villas y aldeas hasta que, sin más tierras que saquear, bañaron sus armas en el mar. Las defensas de Amaya cayeron al asalto. No hubo un asedio muy largo ni elaborado. 

Las fuentes informan que se registró una traición y los hombres del rey de Toledo masacraron a los lugareños y a sus senadores, alcanzados por "la vengadora espada de Leovigildo", según las crónicas. 

Antes del invierno y las primeras nieves, toda la región olía a humo. "De esta manera, Leovigildo no solo sometió la extensa Cantabria hasta entonces libre de dominio godo, sino que también alzó un muro defensivo que detenía la expansión vascona, a menudo dirigida o al menos reforzada por elementos francos", explica José Soto Chica, historiador de la Universidad de Granada especializado en la Tardoantigüedad y la Alta Edad Media, en su obra Leovigildo. Rey de los hispanos (Desperta Ferro). Sobre las ruinas de Peña Amaya se levantó un nuevo poblado que sobrevivió hasta el siglo X. La élite aristocrática que logró escapar de la escabechina pactó con los nuevos amos y pasaron a depender de un dux godo. El ducado de Cantabria, en zona fronteriza con los vascones y francos, sufrió constantes escaramuzas.

 

viernes, 17 de mayo de 2024

LA VUELTA A BURGOS FEMINAS PASA POR COCULINA

 

La IX Vuelta a Burgos en su edición femenina, que se celebra entre los días 16 a 19 de Mayo pasa por Coculina en su primera etapa.

Los asistentes pudieron ver como el 16 de Mayo el pelotón atravesaba el pueblo mientras se dirigía al Alto de Coculina. Esta primera etapa salía de Villagonzalo Pedernales y terminaba en Burgos, teniendo una duración de 123 kilómetros con tres altos de 3ª categoría.

 

Pelotón pasando por Coculina


Pelotón pasando por Coculina


1ª Etapa