martes, 31 de mayo de 2011

SAN MILLÁN DE LA COGOLLA, PATRÓN DE COCULINA

Imagén de San Millán en la Iglesia de Coculina
          Millán nació en el año 473 (en Berceo según unos o en Torrelapaja según otros), hijo de un pastor ejerció este oficio hasta los veinte años. Después San Millán eligió ser un eremita ascético en un lugar retirado. El sitio escogido fue la vertiente oriental de la Sierra de la Demanda, (uno de los picos de dicha sierra en la provincia de Burgos lleva en nombre del santo). En la roca del monte excavó su propia celda y allí vivió como asceta hasta su muerte.

          La iniciación como ermitaño la comenzó con otro eremita llamado Félix, del que se dice fue "varón santísimo" y con quien estaría tres años en los Riscos de Bilibio próximos a Haro. Después marchó a refugiarse en los montes Distercios o Cogollanos, rincón escondido en el que levantaría altares y donde vivió 40 años en soledad.
          Sabedor el obispo de Tarazona de sus virtudes, le nombró sacerdote de su villa natal, Berceo, cargo que ejerció durante tres años. Otros clérigos le acusaron de malgastar los bienes eclesiásticos, dada su generosidad con los necesitados por lo que se apartó a las cuevas de Aidillo, lugar donde se construiría más adelante el Monasterio de Suso. Rápidamente se le unieron otros clérigos; Aselo, Cotonato, Geroncio, Sofronio, etc. incluso una mujer llamada Potamia, venida de Narbona. Este grupo iría incrementándose en lo sucesivo y que continuaría la acción evangelizadora de San Millán.

Estatua de San Millán en el Espolón de Burgos
          Años después, esta acción evangelizadora iniciada por San Millán, fue la que apaciguó a los pueblos cántabros dominadores en la peña Amaya, en sus continuas batallas con los visigodos durante el siglo VII. Quedó aplacada su fiereza haciendo más llevadera su pertenencia al reino visigodo, aunque sin renunciar en ningún momento a su identidad ni a sus costumbres, dejando de ser un territorio hostil al trono toledano lo que llevó al monarca Ervigio a crear el Ducado de Cantabria (hacia el año 680).

         San Millán falleció en el año 574 a la edad de ciento un años, siendo enterrado en las cuevas donde vivía. Su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinaje al que acudían condes y reyes castellanos para encomendar sus batallas contra los musulmanes.


          Pasó a ser patrón de Castilla al aparecerse en la batalla de Simancas (año 939) de los reyes cristianos contra Abd al-Rahman III. A partir de entonces se establecieron como tributos los denominados “Votos de San Millán”. Fernán González favorecerá enormemente al Monasterio de San Millán con privilegios y donaciones.

Cruz de San Millán
          La Cruz de San Millán está en el epitafio románico del siglo XII del Monasterio de Suso. Es una cruz visigótica de plara, de ocho cabos, fileteada de gules y diapedrada en sinople. Cargada con cruz de plara de cuatro cabos iguales rematados en tres salientes trebolados, el central más alto, fileteada de gules y cargada en abismo con florón de plata fileteado de Gules.

          La festividad del santo patrón se celebra todos los 12 de Noviembre.

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